• ¿Qué hacer con los ladridos del perro del vecino?

  • A quien no le ha pasado que estando profunda y pacíficamente dormido disfrutando del pleno descanso somos despertados repentinamente por los ladridos de la mascota del vecino a altas horas de la noche, imposibilitándonos la posibilidad de retornar a nuestro sueño placentero.

    Este común problema que se presentan en las comunidades de vecinos al ser reiterativo puede llegar afectar profundamente la vida comunitaria de los vecinos, por ello en el presente artículo detallaremos que se puede hacer ante los ladridos molestos del perro del vecino.

    Acciones a realizar ante los ladridos de la mascota del vecino

    En el presente artículo no estamos haciendo referencia a los ladridos aislados que es comprensible que se presenten esporádicamente durante el día cuando uno o varios vecinos poseen mascotas caninas. Esto no supone ningún tipo de problema ni molestia, sin embargo, en ocasiones dichos ladridos se hacen incesantes, constantes e indetenible, este es el momento en el que los ladridos caninos se vuelven un inconveniente.

    Afortunadamente, existen normativas que regulan los ladridos caninos en las comunidades de vecinos, especialmente cuando estos se transforman en un problema serio de contaminación sónica como explicaremos en los siguientes párrafos.

    Ladridos durante la noche: ¿Qué Hacer?

    Son muchas las opciones que se pueden tomar para abordar el problema de los ladridos molestos de un espécimen canino, no obstante, es preciso enfrentar este inconveniente sonoro de una forma escalonada apostando inicialmente por las soluciones más asequibles y fáciles de lograr y en caso de que estas no resulten fructíferas se procederá con las vías más problemáticas como lo son las instancias judiciales.

    De esta manera, lo primero que tenemos que hacer es intentar dialogar diplomáticamente con el vecino que posee el perro que no está despertando durante la noche con los fuertes ladridos.

    En muchas ocasiones este suele ser el único paso necesario para encontrar la solución del inconveniente, ya que muchos propietarios de perros no resultan conscientes de los problemas que pueden generar el ladrido de sus mascotas, por lo que al exponerle la situación este será consciente del problema y emprenderá las acciones necesarias para solventar la problemática.

    Ahora bien, puede presentarse la situación en la que el dialogo no sea suficiente para que cesen los ladridos caninos, y en esta situación procederemos con las vías legales.

    Denunciar ante las autoridades los ladridos de la mascota del vecino

    Si los intentos de conciliar el problema mediante el dialogo no fueron efectivos, el siguiente paso a realizar es contactar con la policía para emitir la respectiva denuncia por este incidente. Ante la denuncia las autoridades procederán a objetivar que efectivamente los ladridos de la mascota superan los límites establecidos midiendo los decibelios del ladrido perruno con un sonómetro.

    Si la entidad policial concluye que efectivamente los ladridos del perro son considerados una actividad que está perturbando la tranquilidad de la convivencia vecinal, se emitirá un mandato policial en el que se le exigirá al vecino propietario del perro que garantice el cese de los ladridos.

    Si la intervención policial no funciona: Demanda Judicial

    Cuando ninguna de las dos opciones anteriormente descritas resulte en la solución que necesitamos para poder descansar tranquilos sin que los ladridos caninos de la mascota del vecino nos molesten, el paso final será emitir formalmente una demanda judicial.

    En este caso nos dirigiremos al juzgado establecido para este tipo de problema con una representación legal que nos asesore en la defensa de nuestros derechos civiles. El juzgado al determinar que los ladridos representan un agravio a la tranquilidad comunitaria pueden ofrecer dos tipos de soluciones: la primera consta en una orden para que el perro sea trasladado a la perrera, y la segunda es una orden privativa del derecho de usar la vivienda al vecino propietario de la mascota.